viernes, 13 de julio de 2012

Capítulo 4 : Peligro

La semana en el Capitolio se me pasa rápidamente. Mamá se pasa casi todos los días fuera, y yo sólo voy con ella cuando hay alguna fiesta. Al dia siguiente de que lleguemos al Centro de Entrenamiento  descubrí un lugar arriba, en el tejado del Centro de Entrenamiento, una especie de jardín con carrillones por todos lados. Me paso todo el día allí, hasta que se hace de noche y empiezo a pensar que mamá se preocuparía si no estaba en la habitación.
La última noche que pasamos en el Capitolio tenemos que ir a la antigua casa del Presidente Snow, en el centro de la ciudad.
Me rizo el pelo y me pongo un vestido amarillo que me tapa incluso los pies, en los que llevo unos tacones de color negro.
Cuando salgo al salón, mamá ya está sentada esperándome. Lleva un vestido rojo que, por lo que he visto en los vídeos, relaciono con el que llevó en su primera entrevista.
-Mamá, ¡estás guapísima!
-Gracias hija, tú también estás preciosa.
-No digas tonterías.-digo sonrojándome.
Salimos hacia la casa del Presidente Snow, que ahora pertenece a la Presidenta Paylor. Allí encontramos a Annie Cresta y a su hijo Finn.
-Finn, me alegro de volver a verte.
-Yo también, Katniss.
-Annie -la llamo para que entre en la conversación- ¿Me recuerdas?
Annie se queda mirándome con una expresión extraña. Luego, sonríe y me contesta.
-Sí. Tú eres hija de Peeta.
-Exacto.
Le dedico una de mis mejores sonrisas y ella hace lo mismo. De repente, recuerdo que llevan televisándonos a mi madre y a mí desde que llegamos al Capitolio y que esto se verá en todo Panem.
Así que decido pedirle a Finn que baile conmigo, así Sean me verá y me podré divertir un rato.
-Finn, ¿quieres bailar conmigo?
-Vale Catnip. Pero te advierto que no soy muy buen bailarín.
Me río y le arrastro hasta el centro de la sala, que la han convertido en pista de baile. Entre vuelta y vuelta que doy con Finn, veo a mamá hablando con la Presidenta Paylor.
Cuando ya estoy mareada de tanto girar y de reirme con Finn, voy con mamá y le pregunto que de qué hablaban.
-De nada Catnip, sólo me ha dicho que tendremos que pasar más tiempo en el Distrito 2, porque nuestro tren se quedará allí y tendremos que esperar 2 semanas más hasta que llegue el otro.
-¿¡Dos semanas!?
No puedo creer que tengamos que pasar 3 semanas en el Distrito 2. Ese distrito se dedicaba a crear armas para el Capitolio y a enviar agentes de la paz a casi todos los distritos de Panem.
Me paso el resto de la fiesta pensando en eso hasta que un chico me habla y me distrae.
-Hola, mi nombre es Erik Crane. ¿Sabes quién soy?
Por supuesto. Todo el mundo sabe que es el hijo de Seneca Crane.
-No me suena tu cara, la verdad.
Me mira de forma inquisitiva y me sonríe.
-¿Te gustaría bailar?
-Emm...Vale. Pero primero debo hablar con alguien.
Salgo disparada a hablar con mamá y se lo cuento todo.
-No bailes con él Catnip. Su padre nos trato a tu padre y a mí fatal en la arena.
-Pero era su trabajo. Además es muy mono.
-Vale, pero ten cuidado.
Le doy un beso en la mejilla y voy junto a Erik. Bailamos durante mucho tiempo, hasta que me doy cuenta de que nos hemos alejado demasiado de la gente y hemos salido de la casa de la Presidenta Paylor.
Me fijo en el lugar en el que estamos. Es una especie de callejón detrás de la casa de la Presidenta.
-Deberíamos regresar, Erik.
-¿Acaso tienes prisa?
Sonríe de forma maliciosa y yo me empiezo a preocupar.
-Erik, quiero volver a la fiesta.
-No.
Entonces empiezo a entender porqué nos hemos alejado de los demás.
-¿Qué me vas a hacer?
-Por culpa de tu madre mataron a mi padre. Ahora Katniss probará su propia medicina.
Intento gritar, pero en ese momento Erik Crane me coge por el cuello y me empieza a ahogar...

miércoles, 11 de julio de 2012

Capítulo 3 : Centro de Entrenamiento



Empiezo a marearme, así que salgo a la parte de atrás del tren, un lugar en el que hay asientos al aire libre. Cuando llego allí, me llevo una sorpresa enorme... ¡Mamá está aquí sentada!

-Mamá, ¡¿qué estás haciendo aquí?!

-Me empecé a marear en mi compartimento, por eso salí aquí. ¿Por qué estás tan alterada?

-¡¡Te hemos estado buscando por todo el tren!!

-Pues estoy aquí, deja de preocuparte.

Después de pasar tanta tensión, lo único que se me ocurre es abrazarla. Cuando ella me abraza no puedo más y rompo a llorar. Ella me consuela hasta que, ya sea por la tensión acumulada o porque por fin la he encontrado, me acabo durmiendo.

Entonces empiezo a escuchar una conversación que no sé si es un sueño o es real en la que mamá habla con alguien por teléfono...

-Llegaremos mañana por la tarde.

- ...

-Ya lo sé. El retraso se debe a que mi hija se ha desmayado.

- ...

-Sí, ya está mejor. Está durmiendo en su compartimento.

- ...

- Vale Paylor, cuando lleguemos vamos directamente al lugar que nos habéis asignado.

- ...

-Está bien. Adiós.

Me despierto a la mañana siguiente con un dolor de cabeza increíble, y tampoco sé como he llegado hasta mi habitación. Decido ir al salón-comedor a tomar el desayuno. Cuando llego, mamá ya está esperándome allí sentada delante de una mesa repleta de comida deliciosa. Desayunamos y mamá me envía a mi cuarto a descansar, ya que dice que ayer me desmayé.

Me acuesto con la ropa puesta y no me despierto hasta bien entrada la tarde, cuando mamá me llama para decirme que ya hemos llegado al Capitolio.

Me acerco a la cómoda que hay en mi compartimento y que está llena de mi ropa. Me cambio de ropa a enorme velocidad y me voy con mamá a la salida del tren.

Nada más salir, nos meten a mamá y a mí en un coche con las ventanillas tintadas de negro. Después de pasar 30 minutos en coche por las calles del Capitolio, llegamos a un edificio al que mamá llama Centro de Entrenamiento. Por lo que he estudiado en el colegio, este era el lugar donde vivían los tributos antes de ser enviados a los Juegos del Hambre. Entramos en un ascensor que nos lleva hasta la planta 12. En cuanto subimos al ascensor, noto que mamá empieza a ponerse nerviosa y tensa, así que hago lo que siempre hago para relajarla, le doy un abrazo. Al abrirse el ascensor, entramos en una habitación enorme decorada de forma muy elegante. Mamá sale derecha hacia el teléfono que hay al final de la sala.

-Paylor, te pedí expresamente que NO nos trajerais a mí y a mi hija al Centro de Entrenamiento.

- ...

-Me trae demasiados malos recuerdos de los Juegos del Hambre.

- ...

-Pues más vale que lo arregléis, o cierta vencedora se irá.

Mamá cuelga el teléfono y me dice que la siga hasta nuestra habitación. Terminamos en una sala tan grande como el salón de nuestra casa. Nos ponemos rápidamente el pijama y nos acostamos. Al cabo de unas 4 horas, no puedo dormir más y me dedico a explorar el Centro de Entrenamiento...

martes, 10 de julio de 2012

Capítulo 2 : Despedidas

Cuando llegamos a casa, me voy derecha a hacer la maleta. Mamá lleva una semana diciéndome que nos vamos al Capitolio hoy por la tarde, ya que dice que han pasado 35 años desde que calló. Después de pasar una semana entera en el Capitolio, haremos un "tour" por los distritos. Mamá ha dicho que estaremos fuera de casa unos 3 meses. Cojo lo primero que encuentro en el armario y voy a ver si mi hermano ya está listo. Me encuentro allí a papá y a mamá al lado de Raily, que está tumbado en la cama. Papá sale de la habitación y yo me quedo con mamá.
-Mamá, ¿qué está pasando?
-Tu hermano está enfermo, así que tu padre se quedará a cuidar de él mientras nosotras hacemos el viaje. Pero tranquila, si fuera algo grave no nos iríamos.
-Vale.
Pasamos la hora de la comida como podemos, y cuando termino de comer, salgo a casa de Sean. Llamo a la puerta y él mismo la abre. Decido hacer lo que no he podido esta mañana y le beso.
-Te echaré de menos.-le digo.
-Y yo a ti.
-Te veré en la estación.
Me voy a casa pensando en ese beso, el que deberíamos habernos dado hace ya demasiado tiempo.
Cuando entro, mamá ya está esperándome en el salón.
-¿Cómo está Raily?
-Mejor, pero no puede bajar a despedirse. Sube tú.
Subo y le veo todavía tumbado, con la cara blanca como la cal.
-Raily, siento que no puedas venir al Capitolio.
-No pasa nada, Catnip. Ve y pásatelo bien.
Le doy un beso en la frente y voy a despedirme de papá. Está agarrado otra vez a una silla, como siempre que tiene un flashback. Me espero hasta que se le pasa y entro. Él me ve y me abraza.
-Sigues siendo la misma niñita de siempre.
-Y tú un tontorrón.
-Eso también es verdad.
Nos reímos y me da un beso en la mejilla.
-Cuida de mamá, ¿vale?
-Vale.
Bajo corriendo las escaleras y abrazo a mamá. Ella me da un beso y nos vamos hacia la estación.
Cuando llegamos, casi toda la gente del Distrito 12 está aquí. Entre la multitud veo a Sean, así que salgo corriendo hacia él y nos besamos. Nos separamos a regañadientes y me voy junto a mi madre.
Subimos al tren y nos ponemos en marcha.Mamá dice que no se encuentra bien, así que decide irse a su compartimento. Al rato de ir en el tren, me doy cuenta de la velocidad a la que vamos. Decido que lo mejor es ir a buscar a mamá, así que voy a su compartimento. No está. Voy a buscarla al salón-comedor. Tampoco está allí.
Empiezo a preocuparme, así que pido a los ayudantes del tren que la busquen. Me voy a mi compartimento a esperar. A los 45 minutos aparece un ayudante para informarme. Nada. No está en ningún lugar del tren...

lunes, 9 de julio de 2012

Capítulo 1: Te Quiero

Bueno, pues quería deciros que este blog lo estoy haciendo con una amiga mía, así que los capítulos impares los hará mi amiga y los pares los haré yo.

Esperamos que os guste el blog.


Al levantarme por la mañana voy derecha a mirarme al espejo. Hoy cumplo 15 años. Papá dice que cada año me pongo más guapa porque me parezco mucho a mamá cuando tenía mi edad. Decido ir a ver a mi hermano Raily, que tiene 12 años. Tiene el pelo de papá y los ojos de mamá, justo lo contrario que yo. Cuando entro en su habitación le encuentro todavía durmiendo. Para asegurarme, me acerco a su cama. Está hablando en sueños, como de costumbre. Esta vez está soñando con Elise, la chica que le gusta. Sonrío y voy al cuarto de mis padres.
Los dos están durmiendo todavía y papá abraza a mamá. Debe de haber tenido otra de sus pesadillas. Como todos están durmiendo, salgo corriendo a vestirme e ir a la Pradera.
Cuando llego allí todavía no hay nadie, salvo los trabajadores que se dirigen a la fábrica de medicamentos. Al parecer, a Sean se le ha olvidado que habíamos quedado en vernos aquí a las 11.
Sean es mi mejor amigo. Nos conocimos por casualidad cuando estaba en la Pradera cuidando de mi hermano. De eso ya hace mucho tiempo, pero lo recuerdo como si hubiera sido ayer...

-Hola, gatita.
-¿Perdón?
Le miré con mala cara. Él estaba sonriéndome.
-Te he llamado gatita.
-¿Y por qué me llamas así?
-Por tu nombre. ¿Tú nombre no significa menta de gato?
-Eres un desagradable.
-Igual que tú.
Le saqué la lengua y él hizo lo mismo. Creo que fue en ese momento cuando nos hicimos amigos de verdad.

De repente, una voz me saca de mis pensamientos:
-Hola, gatita.
-Llegas tarde - le digo cortante.
-Lo siento. Pero tengo una escusa buenísima.
-Dímela.
-Espérate que se me ocurra.
Me levanto del suelo y le pego en el brazo. Él se ríe y sale corriendo, esperando a que yo le persiga. Mi respuesta es inmediata. Salimos corriendo hacia el bosque, saltándonos la alambrada. Cuando se cansa de que le persiga se para en seco y me choco con él.
-Sean, sabes que esta tarde me voy.
-Ya lo sé. Por eso quiero pasar toda la mañana contigo.
Ay. Odio que me diga esas cosas. Me hace ver que está enamorado de mí desde hace mucho tiempo. Me desarma cuando me habla así.
Estamos a punto de besarnos cuando aparece mamá pasando la alambrada. Me separo de Sean y me voy con mamá, pero antes de que dejemos atrás la alambrada, permito que Sean lea mis labios: Te quiero.