jueves, 27 de diciembre de 2012

Capítulo 15 : Amistades

Bueno, sentimos no haber escrito en otras 2 semanas, pero ya sabéis como es la familia en Navidad (¡Cómo te acerques a ese ordenador te mato!¡Hay que estar con la familia!¡Ya que nos aburrimos, nos aburrimos todos!) y más comentarios de ese tipo. Y bueno, deciros que Criskti no podrá escribir en un tiempo y yo no podré hacerlo a menudo. Lo siento y aquí tenéis un capítulo nuevo.

El camino de vuelta a casa de Drew es más corto que el de ida, tal vez porque ahora vamos corriendo para no coger demasiado frío con la ropa mojada. Tampoco hablamos, y eso no me viene nada bien porque mi mente se traslada al Distrito 12 y hacia Sean, y sobre todo, en sus grandes y preciosos ojos azules como el cielo, aunque él opina que son como el agua.
Con estos pensamientos, llegamos a casa de Gale en menos tiempo del esperado. De pronto, Drew se para de golpe, y yo me habría chocado contra él si no me hubiera cogido.
-¿Que ocu...?
-Sssh. Espera un segundo.
Y me convierto en una tumba. Silencio. Pero poco después se oye un silbido largo y prolongado, seguido de otro más corto. Drew junta los labios y entona los mismos silbidos. Echa a andar hacia el bosque que hay junto a su casa, mientras que yo me quedo parada frente a la puerta. Tan solo pasa un segundo hasta que se da cuenta de que sigo allí.
-¿Vienes?¿O prefieres entrar?
Asiento y me situo a su vera, agarrando con fuerza su mano.

El bosque está precioso en esta época del año, aunque ya pronto vaya a terminar la primavera. Caigo en la cuenta de que ni siquiera estoy segura de en qué día estamos. Supongo que el tiempo pierde importancia cuando se es feliz.
Andamos unos cuantos metros más, adentrándonos cada vez más entre los árboles.
De repente, oigo una voz que no logro ubicar.

-¿Dónde te habías metido canalla?¿Te estabas intentando aprovechar de esa joven ingenua que viene contigo?
Se me abre la boca de par en par, pero Drew sonríe. No parecen molestarle las palabras que acabamos de escuchar, aunque la verdad es que yo me siento algo ofendida.
Drew contesta a la voz sin cuerpo, a la que parece reconocer.
-En primer lugar, te recuerdo que de aquí el canalla eres tú. Y en segundo, si fuera ingenua ya habría dejado que me aprovechara.
Le pego un manotazo porque es lo primero que se me pasa por la cabeza, aunque esto consigue recordarme a las bromas que solía gastarme Sean, y también a que yo siempre reaccionaba de la misma manera que ahora.
Drew se ríe, y se dirige otra vez a la voz.
-Sal ya de una vez para que pueda atizarte, Dayron. Te juro que no te voy a dejar ni un solo hueso sin romper, te lo aseguro.
-Eso habrá que verlo, idiota.
Suelto la mano de Drew y me acerco un paso hacia delante.
-Empiezo a cansarme de tantas tonterías, chicos.-Me dirigo a la voz.-Dayron, ¿podrías salir ya, por favor? Mi madre se va a enfadar si no volvemos pronto.
-Lo que sea por una dama tan hermosa.

Y en ese momento, aparece un chico ante mí, solamente a un par de pasos de distancia. Tiene el pelo rubio ceniza, aunque sus cejas son más oscuras, lo que le da un aspecto un tanto raro. Si tuviera el pelo de un color extravagante, habría pasado por una persona del Capitolio. Sus ojos son azules, y lleva una ropa bastante informal: chaqueta y pantalón de deporte y una camiseta. Nada que ver con la ropa con la que normalmente he visto a Drew. Tiene algo, tal vez la forma y la soltura de su cuerpo, que me recuerda a papá cuando era joven. Ha visto cuadros pintados por él mismo, a petición de mamá, de cuando tenía 18 años. Reconozco que papá era muy guapo y, aunque ya es un hombre "madurito", como lo llama mamá, todavía le queda algo de su atractivo.
Dayron se acerca a mí un paso, y parece que va a seguir acercándose cuando de pronto se para. Me estudia de arriba a abajo con la mirada y finalmente se dirige a Drew.

-¡Que curioso! Drew, ¿te has fijado en ella por un casual? Porque, sinceramente, me extraña que no te hayas dado cuenta de que se parece a...
-...Katniss Everdeen, ¿verdad?-le corto directamente. Me llevan diciendo cosas de ese tipo toda mi vida-.
-Sí, ¿cómo has sabido que iba a decir eso?
-Es lo que tiene ser hija de vencedores. Te acabas acostumbrando a este tipo de cosas.
Dayron me mira claramente sorprendido. Después mira a Drew. Como esta a mi espalda no logro saber que está haciendo para convencer a Dayron, pero supongo que estará asintiendo a mi afirmación.
-¿Tus padres son...?-deja la frase inconclusa, esperando a que yo la termine-.
-...los vencedores de los 74º Juegos del Hambre: Katniss Everdeen y Peeta Mellark. Sí, eso tengo entendido.
-Espera, espera, espera. Antes has dicho que tu madre se iba a enfadar si no vuelves pronto. ¿Katniss Everdeen, la chica en llamas, el Sinsajo de la Revolución, está aquí, en el Distrito 2?
-Por lo menos cuando hemos salido de casa de Drew estaba allí.
Dayron mira perplejo a Drew.
-¿¡¿Qué Katniss Everdeen está en tu casa y no me has dicho nada?!?¿Pero qué clase de amigo eres tú, Drew Hawthorne?
-La clase de amigos que saben guardar secretos, Dayron Asimott.
-Drew, sabes que ella es mi ídolo. Deberías habérmelo dicho.
-No tenía motivos para hacer tal cosa.
Dayron respira hondo, tal vez para no perder la paciencia, y después me habla solamente a mí.
-Por favor, ¿serías tan amable de presentarme a tu madre?-Se queda callado un momento, tal vez pensando en algo.-Perdona, ¿cómo me has dicho que te llamabas?
-En realidad no te lo he dicho. Me llamo Catnip. Catnip Mellark Everdeen.
-Bueno, pues si eres tan amable, Catnip, me encantaría conocer a tu madre.

Vuelvo a mi lugar junto a Drew y le cogo la mano. Al llegar a la casa, Dayron saluda a Gale y vamos al salón, donde primero mamá me regaña por volver tan tarde y después le presento a Dayron. Éste está efusivo por conocerla, aunque mamá es reacia a contestar a ciertas preguntas sobre los Juegos. No le gusta hablar de ese tema. A la hora de la cena, Dayron se va a su casa.
Después de cenar en el comedor (una cena que resulta ser de lo más extraña, y que nadie habla, ni siquiera Drew y yo), todos nos vamos a dormir. Un par de horas después de acostarme, me doy cuenta de porqué Sheyla se cambió de habitación: tiene una ventana muy grande, pero no se puede abrir, y el calor se acumula en el cuarto. Por suerte me he puesto el camisón de seda que me regaló mamá el año pasado por mi cumpleaños. Es blanco, y me llega casi a la rodilla.
Intento volver a dormirme, pero cuando ya casi lo he conseguido, observo que la puerta se abre ligeramente y muy despacio. De pronto veo la cabeza de Drew asomándose por la rendija que hay abierta y me mira, pensando que estoy dormida. Me siento en la cama para que se de cuenta de que me he despertado.

-Lo siento, no quería despertarte. He oído ruidos y pensé que pasaba algo.
-Tranquilo, la verdad es que ya me había despertado antes por el calor.
-Es el único inconveniente de esta habitación. Ya le dije a mi padre que pasarías calor aquí, pero él opinaba que no. Parece que se equivocaba.

Enciendo la luz que hay junto a la cama. Drew no lleva nada puesto aparte de unos pantalones largos de pijama, y eso me permite observar sus perfectos abdominales, la fuerza de sus hombros, los músculos de sus brazos...
Para tener solo 17 años, tiene un cuerpo bastante perfecto.
Él se da cuenta de mi escrutinio, pero no dice nada. Simplemente me observa.

-No le caigo bien, ¿verdad? A tu padre, quiero decir.
Drew duda. Aunque él sabe la respuesta. No, Catnip no le cae bien a su padre.
-Tu padre era el mejor amigo de mi madre-hablo en un susurro muy bajo, tan bajo que se tiene que sentar al borde de la cama para oirme.-Mi padre y el tuyo estaban enamorados de mi madre, pero...mis padres tuvieron que unirse en los Juegos para poder sobrevivir. Pero resultó que mamá se había enamorado de papá sin ser consciente de ello. Y le usaron para destruirla.-Drew me escucha sin interrumpirme y yo agacho la cabeza.-Mi madre sufrió mucho, y tu padre la ayudó, pero a él no le bastaba la amistad, pero mi madre... simplemente los Juegos les unieron. No podían sobrevivir el uno sin el otro. Tu padre me odia porque por mi padre perdió a mi madre y yo soy el resultado de esa elección...
Nos quedamos callados por un rato, asimilando lo que he dicho. Despúes, Drew me pone un dedo bajo la barbilla para verme la cara. Y supongo que mis ojos muestran la tristeza que siento, porque él actúa de forma muy dulce y con delicadeza.
-Tú no tienes la culpa de nada. Las elecciones las tomaron otros.
-Pues tu padre no opina de la misma manera.
Empiezo a notar que los ojos se me llenan de lágrimas, asi que Drew se inclina muy suave y roza levemente mis labios. Pero yo, en vez de quedarme quieta y a salvo en sus brazos, pongo mis manos en su cuello y me acerco más a él y le beso con intensidad. Él responde de la misma manera y al poco tiempo empiezo a jadear buscando aire para mis pulmones. Drew empieza a reír mientras me acaricia el pelo.
-Creía que lo que tenías era calor. Si quieres puedes venir a mi habitación. Allí la ventana se puede abrir a diferencia de ésta.
Es claramente una invitación, pero empiezo a pensar que estar tan cerca de Drew, en su cuarto, puede causarnos graves problemas si nos pillan.
-Y tienes razón con lo del calor, pero no puedo resistirme a ti. Pero creo que si nos vieran a los dos en tu habitación y más concretamente en tu cama, podrían pensar mal.
-¿Tanto te importa lo que piense mi familia de ti?
Lo piensa un momento y comprende que no.
-En realidad, lo que temo el la cólera de mi madre. Recuerda que es una vencedora y que ha hecho cosas horribles. Pero ahora mismo me da igual todo. ¿Me llevas en brazos?
-Como quieras, pequeña Sinsajo.
Y me saca en volandas de la cama, como a una princesa que por fin ha encontrado a un príncipe. Un príncipe que tiene una habitación con ventanas que se abren.
Y con este último pensamiento, me quedo dormida en los brazos de Drew antes de llegar a su cuarto.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Capítulo 14 : La lluvia

Sentimos no haber escrito en tanto tiempo (otra vez) pero durante estas semanas hemos seguido teniendo mucho exámenes. Nos gustaría compensaros, pero como no podemos, os dejamos este capítulo para intentarlo. ¡Que lo disfrutéis!

Drew y yo bajamos las escaleras hacia el salón cogidos de la mano. Hemos hablado, reído e incluso hemos discutido, pero sólo un poco.
Entramos en la sala y encontramos que mamá y Gale están abrazados en el sofá.

-Hola mamá.
-Hola cielo.
Dudo, porque no estoy segura de si decirle que me voy a explotar el Distrito 2 con Drew.
-Bueno...Nosotros nos vamos a casa de Dylan. No tardaremos, ¿vale papá?
-Si queréis, podéis pasar la noche allí. A tu hermano no le importará que os quedéis.
-Vale. ¡Nos vemos!

Drew y yo salimos al amplio jardín. Aunque nuestros padres piensen que vamos a casa de Dylan, nos pasaremos por allí por sí acaso. No queremos arriesgarnos a que el hermano mayor de Drew se pase por casa y nos delate involuntariamente.
Al principio, Drew y yo vamos callados y observando nuestras manos entrelazadas una con la otra. Nunca he sido una persona a la que le incomode el silencio, pero en este momento tengo la sensación de que el silencio es algo incómodo.

-Bueno...¿Y a dónde vamos a ir?
Me sonríe y me mira con dulzura.
-Había pensado en ir al centro de la ciudad. Creo que te gustará mucho.
-Supongo que si tú lo dices...
De pronto se para y me evalúa con la mirada.
-¿Sabes una cosa...?
-Sorpréndeme.
Se acerca a mí y me susurra al oído:
-Me encanta como te queda ese vestido gris.
Me sonrojo y decido dejarlo pasar, aunque probablemente no se me relaje el pulso hasta que pase un largo rato.

Después de andar un par de minutos más, al fin llegamos al centro de la ciudad. Es un lugar precioso, lleno de edificios y casas. La gran plaza está un poco vacía, lo que hace que se pueda apreciar mejor su belleza natural.

Entramos en montones de lugares: en el mercado (en el que Drew conoce a todo el mundo), la panadería (en la que el olor del pan hace que recuerde a mi padre) y muchísimos lugares más.
-Drew...
-Dime, Catnip.
-Me lo he pasado muy bien.
De pronto, empieza a caer una molesta lluvia que me deja medio ciega.
-Genial...
-¿Me concedes este baile, pequeño sinsajo?
Aunque sé que estoy haciendo el idiota, le doy la mano de todos modos. Damos vueltas, vueltas y más vueltas entre risas y carcajadas a montones.



Estoy medio mareada cuando Drew para nuestra vuelta de pronto y me aprieta contra su pecho.
-Te quiero Catnip.
-Y yo a ti Drew.
Y entonces me acerco a él y le beso con todas mis ganas.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Capítulo 13 : Reproches

SENTIMOS MUCHO NO HABER ESCRITO EN TANTO TIEMPO, HEMOS TENIDO UNAS SEMANAS MUUUUUY ESTRESANTES CON TANTOS EXÁMENES. POR ESO OS DEJAMOS ESTE NUEVO CAPÍTULO. ¡QUÉ LO DISFRUTÉIS¡

-¿No sabes que no está bien escuchar conversaciones ajenas?
La mano se quita de mi boca y por fin puedo hablar.
-¡¡Drew!! ¡¡Eres idiota o qué!!
Se rié y hace como si no hubiera dicho nada.
-Ha pasado mucho tiempo y necesitan hablar. Déjales tranquilos.
Me quedo enfurruñada y con gesto mohíno.
-¡Vale!-empiezo a tranquilizarme, así que intento razonar con él.-¿Me puedes enseñar mi habitación?
Sonríe y me conduce por la parte de arriba de la casa.
-Es ésta.

Mi habitación es preciosa y se ve que todo lo que hay en ella es bastante caro. Claro. Se me olvidaba que el Distrito 2 era, en la medida de lo posible, el más rico de Panem.
-¿De quién es esta habitación?
-Era de Sheyla. La dejó de utilizar cuando cumplió 10 años.
-¿Y la tuya dónde está?
-La mía está al final del pasillo.
-Pero si la mía está también al final.
Genial. Lo que me faltaba, estar a un cuarto de Drew. Perfecto.
-Emm...Vale, no importa.
Drew empieza a acercarse y me coje las manos.
-Siento haberme portado así. No debería haberte besado aquella noche.
-Bueno- no puedo mirarle a los ojos, por eso bajo la mirada.-Yo también tuve mi culpa al dejarte dormir en mi habitación. Lo sient...
Los labios de Drew se posan sobre los míos y yo no puedo resistirme. No solo porque es más fuerte que yo, sino porque todas mis defensas quedaron barridas en ese beso. De pronto pienso en Sean, y me separo de Drew.
-Te dije que estoy con Sean.
-Y yo te dije que no me rendiría tan fácilmente.
Nos fulminamos con la mirada durante un par de minutos. Al final suspiro y me empiezo a alejar de él.
-¿A dónde vas?
Le miro con cara de pocos amigos desde la puerta.
-A hablar con mi padre. ¿Dónde está el teléfono?
-Tienes uno en la pared, al lado de la cama.
-Entonces, si eres tan amable, déjame sola.
Drew sale por la puerta, con una expresión que no augura nada bueno. Noto que me sube un escalofrío por la espalda. Sea lo que sea, ya me enfrentaré a ello más tarde.
Marco el número de casa y espero hasta que alguien lo coje.

-¿Sí?
-Ey, enano, ¿qué tal estás?
-Ya estoy mejor pero sigo bastante mal.
-¿Ya te ha visto el médico?
-Sí, y me está cebando a pastillas.
-Ja, ja, ja. Oye, ¿está papá por allí?
Dime que si Raily, dime que sí.
-Está en la cocina haciéndome unos pasteles.
-¡Qué suerte tienes! ¿Le puedes decir que se ponga?
-Claro. Te quiero, Catnip.
-Y yo a tí, enano.
Durante unos segundos no se oye nada al otro lado del teléfono. Después, como por arte de magia, oigo una de las voces más maravillosas del mundo.
-Hola, mi niña. ¿Qué tal el "Tour"?
-Bueno...Ahora estamos en el Distrito 2, en casa de...Gale.
-¿En casa de Gale?
-Sí. Papá, necesito tu ayuda.
Y entonces me dispongo a contarle todo.

~ ~ ~ ~ ~ ~
 
Cuelgo el teléfono. Ha sido una conversación muy larga. Salgo de la habitación para buscar a Drew. Recuerdo las palabras más importantes de mi padre: Haz lo que te diga tu corazón...
Encuentro a Drew en su habitación, escuchando música. Por eso no me ha oído entrar. No me fijo demasiado en la habitación, en tonos marrones y blancos. Estoy más pendiente de otra cosa.
Drew me ve y apaga la música.
-¿Qué? ¿Quieres reprocharme algo más?
Se pone de pie y se me acerca con gesto hostil.
-No. No, en realidad venía a otra cosa.
Tomo una gran cantidad de aire y pienso meticulosamente cada palabra antes de decirla.
-Drew...Le quiero, y no puedo cambiar eso. Pero tampoco pienso alejarme de ti.
Y entonces me pongo de puntillas para devolverle el beso que debería haberle dado en mi cuarto.

viernes, 19 de octubre de 2012

Capítulo 12 : Distrito 2

Aquí tenéis el capítulo de esta semana.

El viaje hasta nuestro lugar de alojamiento resulta raro, silencioso e incómodo. Mamá va en el asiento delantero con Gale, mientras que yo voy en el asiento trasero del coche con Drew.
Al llegar al lugar donde tenemos que quedarnos, descubrimos que es la casa de Gale.
En la puerta hay dos personas, un chico y una chica, que deben de ser sus hijos por el parecido que tienen con él.
-Katniss -Creo que Gale solo se refiere a ella porque desconoce mi nombre. -Te presento a mi hijos: Dylan, Sheyla y Drew.
¡Pam! Al parecer mis sospechas eran ciertas, solo que no me esperaba algo así. Mi cara debe reflejar lo mismo que la de mamá, solo que la suya es una mezcla indescifrable.
-¿Es tu...padre?
-Sí. ¿Acaso no te lo esperabas?
Me sigue mirando de la misma forma que en la estación, y no me gusta. Es como si estuviera rencoroso conmigo, aunque es lo más seguro. Elegí a Sean antes que al él. Yo también me sentiría así si me hicieran lo mismo.
El chico, Dylan, tendrá unos veintitantos años. Es muy parecido a Drew, pero él es más guapo.
Dylan tiene el pelo de un color rubio más oscuro que el de Drew, pero lo que más les diferencia son unos enormes y preciosos ojos verdes.
La chica, Sheyla, se parece en cierto modo a mí. Tiene un largo y precioso pelo color chocolate, igual al mío. En su rostro se notan las facciones tanto de su padre como las de Drew, y ambos tienen unos bonitos ojos grises.
Dylan me mira de la misma forma que su hermano, supongo que Drew se lo habrá contado todo. Me pongo un poco roja al pensar en si le habrá contado que hemos dormido juntos.

Gale decide que lo mejor es que entremos a la casa, pero antes de que Drew entre, tiro de su brazo e impido que entre.

-¿Podemos hablar, por favor?
-No tenemos nada de qué hablar.
-Por favor Drew...

Empieza a andar hacia la parte trasera de la casa, así que entro un segundo para decir que volveremos más tarde.
Drew me conduce hasta la parte trasera de la casa, donde imagino que no nos oirán. De pronto se da la vuelta. Es entonces cuando cometo el peor error, zambullirme en sus preciosos ojos grises, y empiezo a tener pensamientos incoherentes.

-¿Por qué te ha sentado tan mal?
Me mira como si creyera que estoy loca.
-¿Qué por qué me ha sentado tan mal? ¡Me dijiste que me querías! ¿Es qué no pensabas en ese momento?
Me muerdo el labio, porque tiene toda la razón. No conseguía pensar con lógica. Sus besos me extasiaban, y solo era consciente de que él estaba conmigo.
-La verdad...es que en ese momento no sabía lo que sentía.
-Pues las cosas primero se piensan Catnip. -Abrí la boca para intentar replicarle, pero Drew se puso a hablar antes de que pudiera. -¡Escúchame...! Me dijiste que me querías, nos besamos, dormimos juntos... -Veo como baja la vista. -Y en cuanto apareció ese chico, ¡te olvidaste de mí!
-Yo... Lo siento. Sé que no debería haberlo hecho.
-Está bien. Te perdono. No me gusta estar enfadado con la gente.
-Gracias. ¿Amigos?
-Amigos.
Creo que no debería, pero lo primero en lo que pienso es en abrazarle. Decido que lo mejor es no hacerlo, solo le haré sentir peor.
-Deberíamos volver ya, mi padre se va a preocupar.

Lo que sí hago es ofrecerle mi mano. Él se lo piensa durante un rato, pero finalmente la garra con fuerza. Aunque el camino no es muy largo, se me hace eterno al ir ambos en silencio.
Cuando entramos en la casa no hay nadie. Drew me cuenta que su hermano tiene una casa en las afueras del distrito y que por eso no está aquí, y Sheyla estará en su cuarto.
Cuando voy a entrar en el salón, oigo a mamá hablando con Gale. Me pica la curiosidad, así que abro una rendija la puerta. Mi madre llora, y Gale la abraza, creo que intenta consolarla.
De pronto mamá grita si motivo aparente.
-¡¡Fuiste tú, Gale...!! ¡¡Tú mataste a Prim!!
Prim... Mi madre me ha hablado mucho sobre ella. Mi tía, una víctima más de la estúpida rebelión que convirtió a mamá en una leyenda en todo Panem.
-¡No fue así Catnip, y tú lo sabes!
Me quedo helada. ¿Me lo he imaginado, o Gale a llamado a mi madre por mi nombre?
-No me llames así. Ya no soy esa niña de 16 años que se entretenía jugando contigo a los cazadores. Los Juegos me arrebataron hasta eso.
Quiero seguir escuchando, pero de pronto una mano me tapa la boca y me arrastra lejos de la puerta...

jueves, 18 de octubre de 2012

Capítulo 11 : El Diario

Sentimos no haber escrito la semana pasada, por eso os vamos a compensar con dos capítulos en esta, uno hoy y otro mañana.
Y AHORA, PODÉIS SEGUIRNOS EN TWITTER! @CatnipME Esperamos veros por allí.

Estoy sentada en la cama de mi compartimento del tren, pensando todavía en el Distrito 1 mientras me alejo de él.
Han pasado tantas cosas en tan solo una semana que la cabeza me da vueltas. Prefiero no pensar demasiado en ello, porque no todos las cosas que han sucedido son demasiado agradables.
Al pensar en esto voy hacia la cómoda que hay al lado de la cama. Está allí, en el primer
 cajón. El diario que empecé a escribir a la par que empezaba el Tour.
Vuelvo a la cama con el diario en mano y lo abro por la página de la mañana siguiente de la fiesta...
 
~ ~ ~ ~ ~ ~ ~


Sábado, 30 de Abril.
Esta mañana me he despertado y he recordado que Drew estaba en mi cama. Al verle junto a mí, abrazándome, protegiéndome, me he acordado de Sean, de todo lo que pasó anoche y de que tenía que ir a verle a las 10 en el jardín. Me preocupo pensando en que puede que me haya dormido, pero solo durante un instante, ya que siempre me despierto a la misma hora. Son solo las nueve.
Intento quitarme a Drew de encima con cuidado, pero estoy demasiado dormida para darme cuenta de que se ha despertado.
Me pregunta la hora y se despide de mí con un suave beso. Parece que los besos de anoche se han ido junto con él.
Lo primero que hago cuando Drew se va, es ir a ver a Aisha. Me da la sensación de que no ha dormido mucho esta noche, pero no parece cansada.
Le pregunté si había visto a mi madre, a lo que ella me respondió diciéndome que estaba en el jardín. Me asusté por un momento, pensando que podría haber visto a Sean esperándome, y salí corriendo hacia el jardín, con la suerte de que mi madre estaba lejos del lugar de reunión con Sean. Le doy los buenos días y me voy derecha a mi cuarto. Vestida y arreglada, bajo nuevamente y voy al salón a desayunar, aunque no me entra nada en el estómago.
Como no he comido gran cosa, voy directa al jardín aunque todavía faltan quince minutos.

Sean llega antes de lo esperado, tal vez porque habría pensado que me habría quedado dormida por culpa de la fiesta.
Iba tan guapo que no habría podido resistirme a besarle si no hubiera empezado a hablar. Hablamos, discutimos, nos besamos. Solucionamos las cosas. Al día siguiente vuelve al Distrito 12.
Solo vi a Drew una vez después de aquella mañana. Le dije que Sean era mi novio y que no me buscara más. Su respuesta fue que no se rendiría tan fácilmente, que no estaba dispuesto a perderme.


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Jueves, 5 de Mayo.
No he escrito nada en estos cuatro últimos días, los habitantes del Distrito 1 requieren demasiado tiempo cuando hay eventos públicos.
Ayer hubo otra fiesta, esta vez en el Edificio de Justicia. Resultó irónico, pues una fiesta debe de ser divertida, mientras que mamá se pasó todo el tiempo bastante incómoda. No le gustan los Edificios de Justicia, supongo que no le traen buenos recuerdos.
Lo peor de todo esto es que nos vamos mañana al Distrito 2. En cierto modo estoy preocupada, porque temo encontrarme con Drew. Antes de irse me dijo que nos veríamos allí. Aunque lo único que echaré de menos de este distrito va a ser a Aisha y a Dánae.
Nuestra relación es mucho mejor ahora que cuando vivíamos las dos en el Distrito 12. Sin el problema de Dánae con Sean ha cambiado. Ya no es la niña egocéntrica y malcriada que antes era. La muerte de sus padres la ha hecho madurar aún siendo la hermana más pequeña.
He descubierto también a una Aisha mucho más amable y divertida que la que conocí en un primer momento. Y creo que he conseguido mejorar un poco la relación que tiene con sus padres, pero solo un poco. De todos modos es mejor que nada...

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ 

La voz de mi madre avisándome de que ya casi hemos llegado al Distrito 2 me saca de mis pensamientos. Cierro el diario y lo vuelvo a dejar en su sitio, en el primer cajón de mi cómoda. Al mirarme en el espejo, me doy cuenta de que sigo en pijama, así que cojo lo primero que encuentro encima de la cama (una camiseta verde y unos pantalones verdes también, solo que más oscuros).
Al salir del compartimento, encuentro a mamá en el salón-comedor. Ella me mira con una expresión que no logro descifrar, tal vez sea nostalgia.
-Esa ropa la llevé yo en mis primeros Juegos del Hambre.
Me quedo quieta, pensando en lo que ha dicho. ¿Será este el mismo tren? De pronto, un brusco golpe hace que caiga sobre una silla.
-Me parece que ya hemos llegado.-Digo irónicamente-.
Bajamos del tren y descubrimos que no hay nadie en la estación. En realidad, solo hay dos personas. A la primera persona la identifico fácilmente porque ya me lo esperaba: Drew.
Sin embargo, es mi madre quién da nombre a la segunda persona.
-Gale...

sábado, 6 de octubre de 2012

Capítulo 10 : Enamorada

Aquí tenéis el capítulo y sentimos no haberlo subido antes.

Los preciosos ojos azules de Sean solo reflejan un sentimiento: dolor.

-Sean, yo...
-Déjalo, Catnip. Mejor déjalo.
Se marcha con los hombros hundidos y totalmente abatido.
Miro con cara de súplica a Dánae y sé que me entiende.
-Está bien. Hablaré con él.
Dánae sigue el camino que acaba de hacer Sean y desaparece entre la gente.

-¿Quién era ese chico?- Ya se me había olvidado que todavía estaba en brazos de Drew-.
-Nadie, un viejo amigo...
-Catnip, dime la verdad.
Me mira con esos ojos tan hermosos y no puedo resistirme.
-No sé como lo haces, pero consigues derribar mis defensas.
Le doy un pequeño beso en los labios y me alejo de él.

Salgo al jardín y me choco con Dánae. Tiene la cara roja, seguramente de tanto andar y correr.
-Dánae, ¿dónde está Sean?
-No lo sé. Le he buscado por todo el jardín, pero debe de haberse ido de aquí.
La miro de forma inquisitiva.
-¿No me estarás mintiendo, verdad?
-¡No!

Vuelvo a la fiesta y empiezo a buscar, aunque no sé si busco a Sean, a Drew o a cualquier otra persona.
De pronto veo a una mujer de aspecto muy raro hablando con mamá.
Tiene el pelo del rojo más espantoso que he visto nunca, con un corte de pelo de lo más extraño, al igual que su ropa, que por cierto, es del mismo color que su pelo. Sin embargo tiene unos ojos azules preciosos, casi tanto como los de papá.
Es del Capitolio, sin duda. Una persona normal no iría con esas pintas.
Cuando mi madre me ve, me llama y me presenta a la rarita.

-Catnip, está es Kissa. Es nuestra nueva estilista.
-¿Nueva estilista?
Claro, debí suponerlo. ¿Por qué sino iba a hablar mamá con alguien del Capitolio?
Kissa solo me mira y no me dice nada. Aunque sus ojos sean preciosos, son fríos y calculadores, y me estudian de una forma que me hace sentir incómoda.
-Mamá, ¿has visto a Drew?
-¿A Drew? Sí, le vi hace un rato subir al segundo piso, pero no sé si ha bajado.
Me ofrece una sonrisa cómplice. Entonces lo sabe.
-Bueno...Estoy un poco cansada, me voy a mi cuarto. Buenas noches mamá.
-Buenas noches Catnip.
No sé por qué me da las buenas noches, sabe perfectamente que no me voy precisamente a dormir.

Subo las escaleras de dos en dos, y al llegar a mi cuarto le veo. Está sentado en mi cama, mirándome. Incluso en la oscuridad puedo ver que me sonríe de esa forma que hace que me derrita.
-Lo siento...
Es lo único que me da tiempo a decir antes de que los labios de Sean se aplasten contra los míos.
No quiero separar mi boca de la suya, pero lo hace porque necesita recuperar el aliento.
-Te quiero, Sean.
-Pues no lo parece.
Me vuelve a besar y esta vez soy yo la que se separa.
-¿Lo dices por lo de antes?
Me mira y veo lo mismo que cuando besé a Drew: en su mirada hay dolor.
-Quería que esta noche fuera una sorpresa, pero veo que se ha estropeado todo. No sé ni para qué he venido.

Se va de mi cuarto sin que pueda hacer nada para evitarlo. Y menos mal que lo hace, porque en ese mismo instante entra Drew por la puerta.

-Llevo 10 minutos buscando el cuarto de una chica preciosa, pero creo que me he equivocado.
-¿Y eso por qué?-le sigo el juego aunque no estoy de humor-.
-Porque aquí solo he encontrado un ángel.

Se acerca y me besa. No puedo evitarlo. Sus labios consiguen que me olvide de Sean y de que estamos enfadados. Y por un momento no me siento culpable de nada de lo que estoy haciendo.
Empiezo a andar hacia atrás, hasta que doy con mi cama y nos caemos los dos sobre ella.
No paro de reirme hasta que soy consciente de las caricias de Drew, que hacen que me den escalofríos. Él sigue besándome hasta que decido que debo pararlo, porque la cosa podría ir demasiado lejos.
Me besa en el cuello y eso me da tiempo para hablar.

-Drew...Deberíamos parar...
Él susurra sobre mi cuello:
-¿Quieres que me vaya?
No consigo pensar con cordura por culpa de sus besos.
-No, pero...
-¿Pero...?
Realmente no sé qué hacer. Así que le digo lo primero que me viene a la cabeza.
-Quédate conmigo.
Se aparta de mi cuello y me susurro al oído.
-Siempre.
Se tumba a un lado de la cama y me abraza. Me acerco a su oreja y hablo como él.
-Ahora vuelvo...

Voy al baño para ponerme el mejor pijama que tengo. Al volver a la habitación, él está mirando por la ventana y no me ha oído. Cuando estoy a punto de distraerle, veo algo en mi mesita de noche. Es una nota con mi nombre. La abro y la leo.


-Pequeña Sinsajo, eres tan silenciosa como tu predecesor.
Su voz me saca de mis pensamientos. Le sonrío y me acerco a él.
-Solo cuando quiero cazar a mi presa.
Le beso y me siento culpable.
Culpable porque mañana solucionaré las cosas con Sean y Drew no me verá nunca más. Y culpable también porque me estoy enamorando de él.

viernes, 5 de octubre de 2012

Os avisamos...

Sentimos mucho deciros que hoy no podremos subir el capítulo 10 por problemas personales. Pero mañana sin falta estará subido.
Lo sentimos mucho y gracias por leer nuestro blog.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Capítulo 9 : Confundida

Aquí os dejamos otro capítulo esta semana, para compensaros por no haber escrito.

Cuando llegamos, los padres de Aisha se acercan a ella con cara de enfado.

-¿Dónde se supone que estábais?
-Dejadme en paz de una vez.¡Estoy harta de vosotros!
Aisha sale corriendo hacia su cuarto.
-Bueno, debo ir con mi madre.

Voy a mi habitación del segundo piso. Allí no está mi madre, así que como la fiesta empieza dentro de 20 minutos, decido arreglarme lo mejor que puedo con tan poco tiempo.
Cuando termino de arreglarme, me miro en el espejo. Me he puesto unos pantalones cortos y blancos, una camiseta gris, una chaqueta blanca y de manga corta, y unos tacones de color negro.

Sonrío melancólicamente cuando pienso en que esto le hubiera gustado a Sean.
-Bueno, al menos me podrá ver por televisión.
De pronto, entra mamá en la habitación. Lleva un vestido de color azul que le llega por la rodilla.

-Estás muy guapa, mamá.
-Gracias hija. Te diría que tú también estás muy guapa esta noche, pero tú estás guapa siempre.
-¡Qué tonta eres! Anda, vamos a esa estúpida fiesta.

Bajamos al salón de la casa. Allí solo está Aisha con su padre.
Aisha lleva unos pantalones largos de color beis, y una camisa de color blanco. Se ha arreglado el pelo, y va tan maquillada como yo, a pesar de que tiene un año más.

Poco a poco, empieza a venir la gente. Las primeras en venir son Dánae y sus hermanas, Isaura y Selene.
-Dánae, ¡estás preciosa!
-Tú también, tontita.
Isaura, la mayor, es la siguiente en saludarme. De pequeña siempre pensé que ella era la más guapa, aunque ahora que las veo bien, pienso que lo es Dánae.
Nunca tuve demasiada relación con Selene, pero me gustaría ser amiga suya, aunque después de lo que le hice a Dánae, no creo que le caiga mucho mejor.

Más tarde, empiezan a venir los conocidos y amigos del alcalde y su mujer, y nos los presentan a todos.
Unos minutos después ya han llegado todos los invitados y la fiesta ya ha empezado, así que me siento en un rincón por puro aburrimiento.
Aisha ha pasado de mí en cuanto han llegado sus amigos, aunque creo que en realidad he sido yo la que he pasado de ellos.
Cuando ya llevo 10 minutos allí sentada y estoy a punto se subir a mi cuarto a hacer cualquier otra cosa mejor, un chico monísmo se acerca a mí.

-Hola, me resultas familiar.
-Puede. Tú también me resultas familiar.
-Déjame adivinar...-el chico sigue haciendo como que no me conoce.-¡Ya sé! Eres la pequeña Sinsajo, ¿me equivoco?
Tiene una sonrisa preciosa, una mezcla de picardía y amabilidad.
-No te equivocas. Me alegro de volver a verte Drew.
Me levanto y le doy un abrazo. Sienta bien ver a alguien a quien le debes tanto en un lugar en donde no conoces a nadie.
-¿Cómo estás, pequeña Sinsajo?
-Todavía siento algo de miedo de vez en cuando, pero tengo la impresión de que se me va a quitar.
-¿Sí?¿Y eso por qué?
-Porque ahora te tengo a ti para protegerme.

Le noto vacilar. De pronto, me siento como si fuera una estatua, aunque mi corazón lata desbocado. Porque sé lo que pasará ahora. Y porque sé que no me importará que pase.

Me envuelve entre sus brazos y nos fundimos en un beso.
Ya me había besado antes con un chico, aunque ese chico fuera mi mejor amigo, pero ese beso fue diferente.
Los besos de Sean eran dulces y tiernos, mientras que los de Drew (o por lo menos este) eran apasionados y románticos.
Cuando me deja de besar, siento hambre. Pero no ese tipo de hambre, sino un hambre más poderoso que yo misma y que me pide más.
Por eso no me arrepiento cuando esta vez soy yo la que lo besa, y compruebo que sus besos me gustan más que los de Sean.
Me separo de él y le miro a los ojos. Me gustan sus preciosos ojos grises. M recuerdan a los de mamá y a los de Raily. De pronto, recuerdo que mamá me dijo que su amigo Gale tenía los ojos grises como ella. ¿Otra coincidencia?

-Drew, ¿Me dirás la verdad si te pregunto algo?
-Sí, te lo prometo.
Dudo mucho de si decírselo o no, pero lo dejo pasar y le digo otra cosa.
-Te quiero.
Sonríe y me mira con la mirada más hermosa que he visto nunca.
-Yo también te quiero.
Me río y le arrastro a la pista de baile.
Nunca he bailado de verdad con un chico, solo había bailado con mi padre, y era cuando tenía 5 años y ponía mis pies sobre los suyos.
Pero me gusta bailar con él. Me siento segura cuando me envuelve con sus brazos. Es como si no me quisiera dejar escapar nunca.
Pero una voz que me encanta nos interrumpe cuando estoy a punto de besar a Drew otra vez.
-Catnip, mira quién ha venido. Lleva en la fiesta 10 minutos.
Es Dánae, y quién está a su lado es...Sean. Su cara me lo dice todo.
En el fondo Dánae no ha cambiado. Sigue siendo igual de malvada, por eso ha hecho que Sean lo haya visto todo. Que me haya visto besando a Drew. Y no creo que me perdone.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Capítulo 8 : Respuestas

Sentimos muchísimo no haber podido escribir el capítulo en tanto tiempo, pero hemos estado ocupadas con el inicio del nuevo curso.
Aquí tenéis el capítulo.

La casa de Dánae es enorme y muy espaciosa. Tiene un montón de habitaciones, y ella nos conduce a Aisha y a mí hasta un salón rústicamente amueblado.

Hay adornos por todas partes, acorde con los muebles. Dánae se sienta en el primer sillón que vemos y Aisha y yo hacemos lo mismo con el sofá rojo.
-¿Qué pasó, Dánae? Sean y yo pensábamos que habías muerto.
-¿Mi querido Sean pensó que yo estaba muerta y no intentó buscarme?
-Bueno...-Aisha está bastante incómoda porque no entiende nada de lo que hablamos.-Creo que iré un rato al jardín...
Aisha se levanta y sale al patio.

-Al fin solas, ¿verdad, gatita?
Dánae estalla en una carcajada. Al verla reír otra vez no puedo evitarlo y me pongo a llorar.
-¿Qué te pasa, gatita?
Las lágrimas no me dejan ver su rostro lleno de interés.
-Pues...la verdad...¡Dánae, te he echado muchísmo de menos!

Me levanto del sofá y la abrazo. Sigo sin poder verla, solo distingo un borrón, pero sí puedo oír, y lo que oigo es a Dánae llorar.
Lloramos durante 5 minutos como magdalenas hasta que conseguimos tranquilizarnos.
Nos sentamos las dos en el sofá cogidas de las manos.

-Dánae, ¿Qué fue lo que sucedió?
-Cuando me empujaste por el barranco, caí en un saliente que había en la roca. Cuando me recuperé de la caída, ya era de noche. Estaba débil, pero conseguí subir por donde había caído. Pasé la alambrada en dirección a mi casa, pero allí no encontré a nadie, ni a mis padres, ni a ninguna de mis dos hermanas.
Decidí esperarles, pero no aparecieron en toda la noche. Cuando amaneció, llegaron mis hermanas. Isaura me dijo que mis padres seguían buscándome y Selene me preguntó qué me había pasado. Le dije que me había caído y que no tenía nada grave. En ningún momento os mencioné ni a ti ni a...Sean.
Cuando llegaron mis padres al medio día, debieron pensar que el Distrito 12 no era lo suficiente seguro para mis hermanas y yo, así que esa misma tarde, tomamos un tren en la estación y vinimos a este distrito.

Me quedo pensando en todo lo que le pasó a Dánae. En apenas 24 horas, su viva cambió radicalmente y por mi culpa.
Su voz me saca de mis pensamientos.

-Dánae, siento muchísimo haber echo todo eso. ¿Me perdonas?
-Claro que sí, tontorrona.
Nos abrazamos y nos empezamos a poner al día.
-Por cierto, me enteré de que hace un par de días el destino me quiso hacer justicia.
La miró sin comprender de qué me está hablando.
-¿De qué hablas?
-De lo de Erik Crane. ¿Es verdad lo que dice todo el mundo, que te intentó matar y qué un guaperas te salvó?
-El guaperas tiene nombre, y se llama Drew Hawthorne.
-¿Hawthorne? ¿No es el apellido del amigo de tu madre? El tal...Gale, creo que era.
-Será una coincidencia - ni yo misma me creo que sea una coincidencia. ¿Se estará repitiendo la historia de mamá conmigo?¿Enamorada de dos chicos y teniendo que elegir a uno?-.
-Creo que deberíamos dejar entrar a Aisha. Está empezando a refrescar. Las noches aquí son bastante frías.
-¿Las noches?
Miro la hora del reloj y pego un salto del sofá.
-¡¡Dios mío, teníamos que estar en casa de Aisha desde hace media hora!!
Dánae se ríe y se despide de mi.
-Adiós Catnip. Ten cuidado.
-Mañana vendré a verte Dánae.

Nos abrazamos (creo que nos hemos abrazado en un rato más que en toda nuestra vida) y salgo a buscar a Aisha al jardín.

-Aisha, tenemos que irnos.
-¿Entonces ya no habrá paseo? -la desilusión se le pinta en la cara-.
La miro con cara estupefacta.¿ Está hablando en serio o me está tomando el pelo?
-Ja, ja, ja. Me temo que no.


Tomamos el sendero que lleva a la casa del alcalde Sunloph. Aunque ya he pasado por aquí para ir a casa de Dánae, me sigue resultando totalmente desconocido.

-Aisha, ¿crees que se enfadarán mucho porque lleguemos tarde?
-Mis padres seguro que sí, pero no me imagino a tu madre enfadada.
He visto los Juegos de tus padres. Tu madre tiene carácter, pero no tiene capacidad para enfadarse.
-Eso es que no la conoces.

Vamos todo el camino hasta su casa riéndonos, sin pensar demasiado en lo que nos espera cuando lleguemos.
Será una noche bastante aburrida, pensé. No me pasará nada interesante en la fiesta. ¡Qué equivocada estaba!

lunes, 10 de septiembre de 2012

Capítulo 7 : Dánae

Aquí tenéis el capítulo de esta semana. Es un poco corto, pero en él se descubren muchas cosas sobre Dánae. Esperamos que os guste.

Hace 5 años...
 
Dánae, Sean y yo estamos en el bosque. Siempre vamos allí todos los sábados por la mañana para jugar.
Son las 10 de la mañana y Dánae todavía no ha llegado. Decidimos esperar 5 minutos más hasta que llegue.
Cuando ya estamos a punto de irnos, Dánae llega con la lengua fuera.
 
-Lo siento...tenía que decirles a mis padres que iba a otro lugar. No quieren que venga al bosque.
-No importa Dánae.-Sean es el único al que no le importa esperarla porque está colado por ella-.
-Te hemos estado esperando desde hace 45 minutos.-Quiero a Dánae, pero me molesta que Sean esté colado por ella-.
-Bueno, vamos a jugar al escondite.
-Venga, que cuente Catnip. Sean, vamos a escondernos juntos.
 
Empiezo a contar mientras ellos dos se van de la mano.
Cuando termino de contar, salgo corriendo a buscarles. Busco y busco por todas partes hasta que les veo. Están cerca del árbol que se encuentra al lado del barrando. Antiguamente tenía una valla para que nadie se cayera por él, pero está toda rota y oxidada.
Pero lo que me impresiona es verlos a los dos besándose.
Me acerco a ellos con sigilo y les corto el rollo.
 
-Se suponía que estábamos jugando al escondite.
Se separan y me miran con cara de sorpresa.
-Lo siento Catnip.-Sean parece realmente arrepentido-.
Pero Dánae sonríe.
-Pues yo no lo siento.
Sean nunca me atrajo nada, pero al ver a Dánae tan enamorada, sentí celos.
-¡Te odio, Dánae!

Dánae se levanta y me empuja. Caigo justo al borde del barranco. Me levanto con cuidado para no caerme y la pego en la cara. Ella también me pega y yo la empujo.
Dánae cae por el barranco. Salgo corriendo hacia el borde del barranco pero no veo nada, sólo la oigo gritar.

-¡Dios mío, la he matado!
 -No, ha sido un accidente.-Sean intenta calmarme, pero en mi cabeza sigo oyendo los gritos de mi amiga-.
 -Me da igual, ¡la he empujado yo!
-Tranquilízate. Vámonos a casa.
-¡Pero tenemos que buscarla!
-Ya no podemos hacer nada por ella.
 
Nos vamos los dos con el corazón en un puño, desolados por la muerte de Dánae. Teníamos miedo por lo que nos podría pasar, en concreto a mí, pero decidimos callarnos, ya que Dánae nos ha dado la coartada perfecta. Ella dijo a sus padres que no vendría al bosque con nosotros, así que cuando nos preguntaron si la habíamos visto ese día contestamos que no.
 
1 año después...
 
 
Sean y yo nos reunimos junto al barranco. Hace meses levantamos un pequeño altar en memoria de Dánae con sus flores favoritas.
Dejamos también su peluche preferido, un osito de peluche que le regalé yo cuando cumplió 7 años.
Cada día me acuerdo de ella, de los días en los que jugábamos juntas. Aunque peleábamos a todas horas yo la quería.
 
-Sean, la hecho mucho de menos.-las lágrimas que tengo en los ojos desde hace rato amenazan con desbordarse-.
-Ya lo sé Catnip. Yo también...
-No me extraña, te dedicabas a comerle la boca a la menor oportunidad.
-No es ni el lugar ni el momento para hablar de eso.
-Tienes razón.
Le abrazo. Las lágrimas salen de mis ojos sin poder evitarlo.
-Daría cualquier cosa por verla otra vez...
 
En la actualidad...
 
Sigo impresionada por verla después de tanto tiempo.
-Dánae...¿cómo conseguiste sobrevivir?
-Pasad y te lo cuento.
Entramos en casa de Dánae para que me lo cuente todo. Sólo así podré cerrar ese capítulo de mi vida que me dejó dolida y haciéndome sentir como una miserable.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Capítulo 6 : Encuentro Inesperado

Aquí tenéis el capítulo de esta semana. Esperamos que lo disfrutéis.


La semana en el Distrito 1 comienza con una fiesta en casa del alcalde Sunloph. Es una casa en medio del campo, con una piscina tan bonita como el jardín que rodea toda la casa.
El alcalde Sunloph es un hombre regordete y calvo, pero muy simpático y amable.

-Bienvenida Sra. Mellark. Srta. Mellark, me gustaría presentarle a mi hija Aisha. Tiene 16 años, uno más que usted, según tengo entendido. ¿Me equivoco?
-No se equivoca, señor. Tengo 15 años. ¿Y dónde está su hija?
 -La última vez que la ví estaba en el jardín. Acompáñeme por favor.

El jardín me impresiona casi tanto como la primera vez que lo ví al entrar en la casa. Mire a donde mire, todo está lleno de todo tipo de flores: adelfas rosas, campanillas de hoja redonda, amapolas amarillas, petunias moradas y miles de flores que no reconozco.
Cuando llegamos al final del jardín, vemos a una chica recostada en un árbol.

Tiene el pelo corto, a la altura de los hombros, y es de color marrón oscuro, aunque las puntas las tiene rubias. Viste de forma muy sencilla, con una camiseta de manga corta, de color negro, y unos pantalones blancos y cortos. Va tan sencilla, qe ni siquiera lleva calzado, totalmente descalza.

 -Aisha, está es la hija de Katniss Everdeen y Peeta Mellark, Catnip.
Mira con mala cara a su padre y luego a mí.
-¿Catnip? Es el nombre más estúpido que he oído nunca.
La miro con cara de asombro. ¿Será así con todo el mundo?
El alcalde está claramente incómodo, así que intenta excusarse.
-Bueno yo me tengo que ir. Si necesitáis algo, avisadme.
Cuando el alcalde está lo bastante lejos como para no oírme, le suelto a su hija:
-La verdad es que a mí Aisha me parece un nombre horrible.
Me mira con cara rara durante mucho tiempo (¿estará pensando en matarme?) y finalmente se empieza a reír.
-Me gustas. Ni siquiera mis padres se atreven a contestarme como lo has hecho tú.
Bueno, veo que a pasado lo peor, así que me siento a su lado.
-¿Eso es un cumplido, Srta. Sunloph?-le digo en tono burlón-.
-Supongo. ¿Quieres ir a dar un paseo?
-Bueno, ahora mismo no puedo, tengo que ayudar a mi madre con todas las cosas que traemos.
-¿Te llevas bien con tu madre? Yo con los míos no. Sobre todo con mi madre.
-¿Por qué?
-Porque es muy pesada.
-Todas las madres suelen serlo.
Empezamos a reirnos cono si fueramos amigas de toda la vida, como si nos conociéramos desde hace años en vez de minutos.
-Tengo una idea. Voy a ayudar a mi madre y luego damos ese paseo.
-Vale, te espero aquí.

Me paso todo el camino pensando en Aisha. Se nota a primera vista que es muy rebelde, un espíritu libre. Voy pensando en estas cosas hasta que llego a la piscina, donde me queo mirándola.

Tiene forma de I, probablemente sea porque la madre de Aisha se llama Ireneis.
En ese momento, aparece alguien tras de mí que me empuja y me tira a la piscina.
Cuando consigo sacar la cabeza para respirar el preciado aire, oigo las risas de Aisha desde el borde de la piscina.
Estoy tan enfadada que la empiezo a gritar:

-¡Tú estás loca! ¡Me has empapado enterita!
-Lo siento, pero no podía desaprovechar la oportunidad que me brindaba el destino.-no la entiendo bien porque no para de reirse mientras habla-.
-¡Me intentaron matar ahace DOS días y tú vienes por detrás mía a hurtadillas y me tiras a la piscina! ¡Pero es que no piensas!
Empiezo a salir de la piscina cuando oigo a Aisha hablar, esta vez sin reirse.
-¿Te intentaron matar?
-Si no me crees míralo con tus propios ojos.
Me quito la bufanda que llevo para que no se me vean las marcas que me dejó Crane en el cuello.
-¡Madre mía! ¿Cómo es posible que sigas viva?
-Pues...-no sé por qué no quiero hablarle de Drew.-Se podría decir que tengo un ángel de la guarda.
Sin darme cuenta, empiezo a sonreir como una idiota mientras me alejo.

Cuando llego a la habitación que nos han ofrecido a mamá y a mí, veo que está ya todo recogido. Así que como no tengo nada mejor que hacer, me voy a cambiar de ropa e irme de paseo con Aisha.
Antes de salir de la habitación, le escribo una nota a mi madre y se la dejo en la mesilla:

ME VOY CON AISHA A DAR UN PASEO. NO TARDAREMOS. CATNIP.

Bajo al salón y, para mi sorpresa, allí está Aisha esperándome. Se ha cambiado de ropa, y ahora lleva una camisa blanca de manga larga y unos vaqueros azules. También me fijo en que se a puesto unas zapatillas de deporte.

-Bueno, ¿a dónde vamos a ir?
-Había pensado en ir a la colina que hay detrás de la casa.
-¿Está muy lejos?
-No, pero antes debemos ir a un sitio. Tranquila, regresaremos a tiempo para la fiesta.

Salimos de su casa en la dirección opuesta a la de la colina. Todavía sigo nerviosa por lo que pasó con Erik Crane, pero me digo a mí misma que Aisha no puede ser mala persona. O por lo menos eso espero.
Después de andar durante diez minutos llegamos a una casa igual que la del alcalde, aunque más pequeña, con un jardín de muchísimo menos tamaño.
Aisha se acerca y llama a la puerta con tres ligeros toques. La puerta se abre y sale una chica morena.
Va vestida con una camisa naranja y unos vaqueros azul oscuro.


-Catnip, esta es Dánae. Es mi mejor amiga.
Dánae me mira con la misma mirada que yo a ella: perpleja.
-¿Qué te pasa Catnip?-Aisha sólo me mira a mí
Pero yo no la hago caso. Sólo puedo pensar en Dánae.
-Dánae...Pero si tú...estás muerta.
Dánae era mi amiga en el Distrito 12. Mi amiga hasta que yo la maté.